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Vivimos en un país donde opinar y criticar con argumentos o en pro de un bienestar colectivo se ataca, se reprocha y, en el peor de los casos, hasta se amenaza de muerte. Lastimosamente, es recurrente despertarse cada día y escuchar una nueva noticia sobre la fatalidad de algún líder social, situación que desde aquí reprochamos al máximo, y no parece que estos hechos cambien en un corto plazo.

Ahora bien, al comenzar el año 2021 se esperaba que fuera como el típico botón de reinicio de los videojuegos, olvidarse de todo lo acontecido en el 2020, dejar de lado la pandemia del COVID-19 y por fin encontrar el verdadero significado de la palabra REINVENTARSE. No obstante, seguimos en las mismas, esperando que lleguen las vacunas; las de caridad o las que se dijeron que se compraron, confinamientos y problemas en la salud mental en especial ansiedad y depresión.

Pero más allá del coronavirus y sus tragedias, Colombia continúa bajo el yugo de las amenazas y desapariciones forzosas de nuestros líderes sociales. En esta ocasión fue Francisco Javier Vera Manzanares, el niño ambientalista recibió una amenaza por medio de un comentario en sus redes sociales al hablar sobre la educación virtual y las exigencias que se deben hacer al Gobierno Nacional para que cada estudiante colombiano tenga una enseñanza digna.

El comentario en contra de Francisco fue altamente violento, amenazándolo sin ningún tapujo o miedo. Sin embargo, lo que genera aún más curiosidad es que según Ana María Manzanares, madre de Francisco, afirmó que en repetidas ocasiones ya se habían presentado burlas, críticas e insultos en contra de su hijo, esto hace pensar en qué tipo de sociedad es la que vivimos.

Francisco es un niño de 11 años que entiende mejor que cualquiera las problemáticas ambientales y en general de este país y defiende con argumentos sólidos su punto de vista. Esto no lo digo solamente yo, hasta la Organización de Naciones Unidas (ONU), por medio de Michelle Bachelet, felicitó la labor que viene realizando. En vez de tener la “valentía” de amenazar a un niño, se debería tener el pensamiento crítico y ganas de cambiar, como las de él, lo que se presenta en su entorno para beneficio de los casi 50 millones de habitantes.

Ojalá se sigan multiplicando los niños como Francisco y no opacar su crítica y exigencias, como tenemos el derecho usted y yo de hacerlas, solo así Colombia realmente podrá reinventarse y no precisamente por el COVID-19.

Autor: Andrés Cubillos

© 2021 ContraParte Periodismo Investigativo

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