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7 Claves sobre el conflicto que ha provocado Uribe

Estimado lector, le aconsejo que prepare las palomitas de maíz y que se acomode en un lugar tranquilo porque lo que va a leer a continuación es toda una película de horror y suspenso, todo porque uno de los políticos más influyentes de los últimos tiempos nos da de qué hablar y para hacer memoria de su trayectoria aquí van las 7 claves sobre el conflicto que ha provocado Uribe.


Autora: Lizette Morales

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1.     ‘La venganza de su padre’

Alberto Uribe Sierra, padre del expresidente y exsenador Álvaro Uribe Vélez, fue un fiel amigo de Belisario Betancur a quien le compró un cuadro de arte para financiar su campaña política con el ‘guiño’ para que su hijo tomará un puesto en la política en el futuro como alcalde de Medellín. Su terrible asesinato ocurrió en una de sus tierras, la ‘Hacienda Guacharacas’, donde acababa de llegar y una bala acabó con su vida. Aunque al principio se culpaba a las FARC por el homicidio, nunca se llegó a comprobar y de hecho, han relacionado el caso con un cruce de cuentas entre bandas criminales del ‘Cartel de Medellín’.

Lo curioso de este asunto es que para el año de su muerte (1983), Uribe empezaba a forjar una amistad con Escobar pues en uno de sus helicópteros recogió el cadáver de su padre. Aquí empezamos a unir cabos y para ello debemos mencionar el inicio de la trayectoria del ‘honorable Uribe’. En 1976, fue gerente de las Empresas Públicas de Medellín, durante la presidencia de Alfonso López Pumarejo fue secretario general del Ministerio del Trabajo, luego tuvo un trabajito como ‘gerente liquidador’ de Mineros del Chocó y llegamos al segundo punto clave: de 1980 a 1982 fue director de la Aeronáutica Civil con tan solo 28 añitos.

2.   Nexos con el narcotráfico: sus amigos más cercanos Pablo Escobar y ‘El Chapo’ Guzmán

Su trabajo en la Aeronáutica Civil le permitió colaborarles a sus amigos, en el tiempo en el que estuvo en la entidad, otorgó aproximadamente 52 licencias ¿para qué? Para la construcción de aeropuertos y aviones para transportar droga a diferentes partes del mundo. Los aviones, según Daniel Coronell, pertenecían a Carlos Lehder (del Clan Ochoa), Pablo Escobar, Fabio Ochoa (del Cartel de Medellín) y Samuel Alarcón. Pero, se les acabó la ‘guachafita’ cuando Rodrigo Lara Bonilla, Ministro de Justicia, suspendió el permiso de operación de 57 licencias y como a los llamados ‘sapos’ no les va muy bien, Lara fue asesinado el 30 de abril de 1984 por el Cartel de Medellín.

En un expediente publicado en febrero de este año por Vorágine, se recoge un testimonio sobre la campaña de Ernesto Samper que sería financiada por Escobar a través de Santiago y Álvaro Uribe Vélez, una suma que hoy en día sería 50 millones de pesos. La conexión de Uribe con el Cartel de Medellín se rectifica en un informe desclasificado de 1991 de la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos, la cual aparece como “confidencial Noforn” y un aviso de que no debe ser entregado a extranjeros, pero que gracias a la publicación en The New York Times y The Daily Beast por el periodista Richard Maok, podemos acceder a la publicación de este, donde se asegura que:

“Álvaro Uribe Vélez, un político y senador colombiano dedicado a colaborar con el cartel de Medellín en los altos niveles del gobierno. Uribe estaba involucrado en actividades de narcóticos en los Estados Unidos. Su padre fue asesinado en Colombia por su conexión con los narcotraficantes. Uribe ha trabajado para el cartel de Medellín y es un amigo íntimo de Pablo Escobar Gaviria.”

En un cable del Departamento de Estado de 1993 publicado en 2018 mencionaba que las campañas políticas de Uribe fueron financiadas por el Cartel de Medellín. Entre tanto, los amigos de Uribe traspasan fronteras, según Gonzalo Guillén, periodista y director de la Revista La Nueva Prensa: “la relación entre el Chapo y Uribe es inconfundible”, aquí empezamos a relacionarlo con el narcotraficante mexicano y su conexión con el ‘Cartel de Sinaloa’.

Uribe, supuestamente, dispuso la construcción de un hangar especial en el aeropuerto de Bogotá con el único fin de manejar el contrabando para el Chapo y sus socios, de acuerdo con un informante del periodista Maok. De esta forma, se habrían enviado 10 toneladas métricas de cocaína desde el Aeropuerto El Dorado (Colombia) a Sinaloa (México) utilizando a cargo una empresa fantasma: Air Lines.

 3.     ‘Uribe, paraco, el pueblo está berraco’

“Las Convivir, motor de la guerra paramilitar” título de una publicación en 2013 del portal Ventana Abierta. Allí cuentan que estas “cooperativas de seguridad” se crearon por el Decreto 356 de 1994, durante la presidencia de Cesar Gaviria. El objetivo era ampliar la red de servicios de vigilancia y seguridad privada contra los grupos al margen de la Ley. Sin embargo, esta ‘seguridad’ se convirtió en una “pieza clave para la expansión de los grupos paramilitares”(Contreras y Garavito en Biografía no autorizada de Álvaro Uribe Vélez).

La resolución de la constitución fue firmada por el entonces gobernador de Antioquia, Uribe. En el libro ‘Mi confesión’ de Carlos Castaño (líder paramilitar) relata que las Convivir se trataba de “unas cooperativas donde los ciudadanos colaboraban de una manera organizada con las fuerzas armadas, suministrando información y en algunos casos portando armas amparadas para su defensa propia.”

El periodista Ricardo Ferrer encontró que la Secretaría de Desarrollo Comunitario de la Gobernación de Antioquia elaboraba ‘listas negras’ de todos los líderes de la comunidad: ‘amigos’ VS ‘enemigos’. Lo que se convirtió en una lista para la ‘crónica de una muerte anunciada’ y se convertirían en escuadrones de la muerte directamente relacionados con las Convivir.

A Uribe lo veían los altos mandos de los paramilitares como un “amigo de la organización”, según sus propias declaraciones en los altos tribunales. Inclusive, admitieron que desde la ‘Casa de Castaño’ colaboraban activamente en la campaña de Uribe. Aquí viene la adrenalina pura: solo en el departamento de Santander invirtieron 100 millones en la campaña, pero rápidamente borraron las evidencias y quemaron todos los registros contables.

Ahora aparecen los testigos y empieza a sonar el nombre de Mancuso, quien en 2011 admitió la colaboración del Estado al grupo ilegal: “ (…) todas estas acciones y el crecimiento del paramilitarismo resultan una política oficial, estatal social, sin ellos no se habría podido ganar la guerra contra la guerrilla (…) hubo una relación estrecha con las instituciones de Seguridad del Estado, con la política, con el Ejército, con el DAS, con la Fiscalía, con los organismos de investigación del Estado”. Es decir, que su acción dentro del conflicto fue financiada y apoyada por Colombia y esto se agravaría durante el período de presidencia de Álvaro Uribe Vélez.

4.     La ‘Seguridad democrática’

Uribe llega a la presidencia en el 2002 con un apoyo de 53.03%, vendiéndose como candidato de un partido independiente, y con una abstención del voto de 53.53%. Como todo político, su parla y sus contactos le ayudaron a llegar a este puesto en la Casa Nariño y entre los primeros cambios sonaba la “política de Seguridad Democrática” que había sido creada a inicios de los noventa por la Comisión Sudamericana de Paz.

Lo curioso de esta política es que en ninguno de los documentos se nombra un conflicto interno; sin embargo, se buscaba implementar la ‘seguridad democrática’ para el control del territorio y su lucha con los grupos ilegales. Bueno, y ¿Qué es ‘seguridad democrática’? Es “el ejercicio de una autoridad efectiva, que sigue las reglas, contiene y disuade a los violentos y está comprometida con el respeto a los derechos humanos y promoción de los valores, la pluralidad y las instituciones democráticas” (Fundación de Paz y Reconciliación).

La política resultó ser lo contrario a lo que se menciona en su definición. Pero antes de esos datos, contextualizo quién estaba a cargo del Ministerio de Defensa, estaba nada más y nada menos que la actual vicepresidenta de la Nación, Martuchis o bueno Marta Lucía Ramírez. En ese momento el gasto militar creció notablemente en la administración de Uribe, además, Ramírez creó un impuesto para la seguridad en el 2002.

Para iniciar su primer año de gobierno, Uribe decidió estrenarse con la ‘Operación Orión’ que tenía como objetivo retomar el control estatal de las comunas de Medellín por las Fuerzas Militares. Los resultados de la operación que publicaron las FF.MM fueron diferentes a los que ha publicado ‘Memoria histórica’, pues según está última, resultaron 88 personas muertas, 370 detenidos de forma arbitraria y 95 desaparecidos. De hecho, el Estado fue condenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos porque “violó el derecho a la libertad personal” por la “detención ilegal y arbitraria de las víctimas. El comandante de la operación, Marío Montoya, fue acusado por la JEP y la organización no gubernamental Human Rights Watch también lo acusa de ser el responsable de homicidios, los también llamados “falsos positivos”.

Nos adentramos cada vez más a tramas incontables en esta película de la que aún no se conoce el desenlace. Así que en la próxima columna de opinión podrá conocer las últimas tres claves para entender el conflicto que ha provocado Uribe porque el villano sigue al acecho.

© 2021 ContraParte Periodismo Investigativo

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